Siento las molestias, pero puede que esta parte este peor narrada que las otra debido a que la parte correspondiente a esta entrada la jugué hace dos días y no tengo la memoria fresca, estas entradas siempre las he hecho con un día de diferencia, pero ayer no he jugué adrede para tenerlo todo más fresco. Además, en vez de publicarlo por la noche como los otros, lo público por la mañana.
•Día 3: Una de peces. Tras salir victorioso de la tercera mazmorra, era hora de afrontar el resto de la aventura, toda ella por descubrir de ahora en adelante. A partir de ahora, ya no me acordaba de cosas que hacer, es como si fuese totalmente nuevo. Es ahora cuando empieza el reto. La siguiente mazmorra se halla en las cataratas, ¿pero donde están? Tras investigar un poco, me encuentro con una casa deshabitada a la orilla del rio. Dentro no hay nada, solo una antorcha que encender y numerosas grietas. Puede que más adelante tenga algo que hacer. He de mirar el mapa para situarme. Por el camino, me encuentro con el padre de Marin, algo ocupado intentando llegar a una colmena de abejas. Me pregunta si tengo algo que pueda serle útil, y precisamente tengo lo que necesita. Horror, después de pegarle a la colmena con el palo, una nube de abejas corren tras Talin. Al menos, tengo un panal por la cara, bueno, por el palo. Antes que nada, voy a investigar una zona que no había visitado aún, el pueblo animal. Para mi sorpresa, llego a un pequeño poblado donde hay conejos y demás animales que pueden hablar…esto solo podía pasar en Koholint. Lo peor es que una morsa está tapando el camino al desierto, y es precisamente en él donde está la llave para entrar a la siguiente mazmorra. Lo único que puede despertar a la morsa es el canto de Marin. Visitando una de las casas, me encuentro a un oso cocinero. Me propone un intercambio, así que le doy el panal de miel y a cambio de da una piña. En cuanto puedo, me dirijo a la aldea, pero Marin no está en la plaza junto a la estatua como otras veces, parece ser que está en la playa. Caminar hacia la playa me recuerda a los primeros momentos del juego, donde no tenía nada más que mi escudo. Ahora tengo multitud de objetos y sobretodo, tengo mi espada. Justo en el mismo sitio donde Link había naufragado, me encuentro con Marin. Los dos nos dedicamos a charlar mirando el océano. Es en este momento cuando te das cuenta que tanto Marin como los demás habitantes de la isla desconocen el mundo exterior a la isla. Mientras Marin le cuenta que le gustaría cantar para todo el mundo, Link se queda absorto en sus pensamientos. Seguramente, estaría pensando en algo muy concreto: “¿Si salgo de la isla, podré llevar a Marin a ver el mundo exterior, o mientras yo vuelvo a mi hogar, ella se quedará aquí y no la podré volver a ver?”. Ese pensamiento reconcome a Link una y otra vez, de eso no hay duda. Al rato, Marin va al poblado animal para despertar a la morsa. Al escuchar la canción, la morsa da un salto de alegría al mar y nos deja el camino al desierto despejado. El desierto es un lugar inexplorado y peligroso, es bien sabido, pero este es muy pequeño. Al poco rato, me encuentro con un gusano que intenta tragarme en unas arenas movedizas. Con la pluma de roc y varios espadazos bien calculados me deshago de él en un santiamén ¡pero para mi sorpresa, la llave se cae en las arenas movedizas! No hay otra elección...Sin pensármelo dos veces, me tiro a las arenas movedizas. Por suerte, caigo en una caverna donde recojo la llave y salgo de ella por unas escaleras. Al dirigirme a las cataratas, paso por el poblado animal. Allí veo a Marin cantando. Todos los animales están ausentes, escuchando su dulce melodía. Estoy seguro de que Link también se siente atraído por esa dulce canción, puede que vea en Marin algo más que una nueva amiga. Al final, consigo dar con la mazmorra, y gracias a la llave del desierto, la entrada queda descubierta. Ahora solo queda dar con el camino por donde llegar a la entrada. Tras pasar una serie de cavernas, me situo: Estoy en la montaña de la isla. Desde aquí la perspectiva cambia, estoy en las alturas y lo único que hago es subir y subir y pasar una caverna tras otra. Al final, consigo ver a un viejo amigo. ¡Es el padre de la familia numerosa de la aldea de Koholint! Y precisamente, como me dijo, se ha perdido en la montaña, quedando desvalido. Necesita algo de comida, así que le doy lo único que tengo para él: una deliciosa piña. Enseguida me da las gracias y a cambio me da una flor…una flor por una piña...en fin, quedémonos con la idea de que he ayudado a un pobre desvalido. Al poco rato me encuentro en la cuarta mazmorra. La cuarta mazmorra, ni más ni menos que estoy prácticamente por la mitad del juego. Quién diría que algún día llegaría aquí. Esta es una mazmorra acuática, con zonas hondas por donde no puedo pasar en un principio. En esta mazmorra consigo las aletas, con ellas puedo bucear y nadar sin problemas. Esto es un alivio, porque prácticamente ya soy capaz de explorar casi todos los lugares que antes no podía explorar de la isla. Como siempre, la mazmorra no es muy complicada, puzles sencillos. Al fin, llego a la sala del jefe. Una escalera baja a un subterráneo...En cuanto me tiro al vacio ¡Me encuentro con un rape gigante! Su aspecto es amenazante, pero simplemente, con colocarme en una posición elevada y dar espadazos a diestro y siniestro a su antena, me deshago de él en un santiamén. Esta lucha ha sido algo decepcionante, parecía que iba a dar más de sí. Sin mirar atrás, subo de nuevo y consigo mi recompensa, el cuarto instrumento. Ya solo quedan 3…que raro se me hace. La siguiente mazmorra está en la bahía, ningún problema con mis nuevas aletas. Para atajar, entro en un teletransportador. Lo que no me esperaba es que al salir, me siguiese un fantasma. Quiere que lo lleve a su casa... ¿podría ser ESA casa? En nada estoy allí, en la casa abandonada a las orillas del rio. Efectivamente, el fantasma se pone nostálgico. Suficiente, quiere que lo lleve al cementerio. No tengo que llevarlo al cementerio en sí, si no a una lápida apartada de las demás, una lápida en un claro tranquilo. Allí, el fantasma regresa a su lápida y al fin descansa en paz gracias a Link. Me pregunto cuánto tiempo estaría esperando el fantasma a que alguien le ayudase a cumplir su cometido, agonizándose hasta que la persona idónea apareciese. Después de esta escena conmovedora, me dirijo a la bahía. Nadando, en el centro de esta, me encuentro la “mazmorra”... Rodeada de rocas, en un principio no sabía cómo llegar al interior, pero buceando encontré la entrada submarina a la parte interior de las rocas. Al poco, me meto en la boca de ese pez gigante. Ahora estoy en la quinta mazmorra, pero más vale descansar y prepararme para ella el siguiente día. 6 comentarios :: Enlace permanente
Comentarios: (del primero al último) 16:44 06/07/2010
Catfish Maw mola mucho ^^ Lo que nunca me moló nada son las fotos de la versión DX :$ 17:26 06/07/2010
Las fotos del DX son MAJIA. http://img716.imageshack.us/img716/819/zelda16bit.jpg 17:34 06/07/2010
GenG: Koholint es GRIS :___( 18:56 06/07/2010
Los videojuegos son a color. 22:52 06/07/2010
Buah, me encanta, ojalá que hagas esto con muchos juegos más. Casi me da pena que se termine este xD. Estoy deseando ver la siguiente parte. ¡Un saludo!. 23:01 06/07/2010
Sr.Purpura: Pues agarrate porque aún queda ALTTP que lo voy a intentar hacer lo más épico posible y los dos oracles. Me alegro de que la gente siga esto, me anima a seguir escribiendo :) Participa con tu Comentario:
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