Reviviendo el Retorno del Country

El tiempo pasa más rápido de lo que parece, y es que parece mentira que hoy mismo hayan pasado dos años desde que DK Country Returns apareciese en Europa.

Últimamente no tenía ningún juego fijo al que jugar en sobremesa, aparte de haber pasado unas semanas sin poder tocar ninguna por temas relacionados con obras. Aparte de Oath in Felghana, de vez en cuando había tocado Yoshi's Island recurriendo a magia negra. Al ver el buen hacer, creatividad y variedad de esta obra maestra recordé que hacía un porrón de tiempo que había dejado de lado DKCR una vez conseguidas todas las letras KONG y pasado todas las fases, y me sorprendí al comprender que había borrado de mi memoria gran parte de la experiencia vivida con este juego.

Fue este fin de semana cuando pude tocar de nuevo mis consolas de sobremesa, y con ello le llegó el turno a DKCR para ser rememorado. He de decir que no soy un gran fan de la trilogía original ya que no la he visitado plenamente, y la verdad es que el primer Country me parece un juego que sin ser malo es bastante mejorable... Pero este DKCR consigue ofrecer tanto un homenaje a estos juegos como algo completamente nuevo y espectacular: Una Obra Maestra.



Dedicándome actualmente a conseguir todas las piezas de puzle y a completar las fases en cierto modo, dejando los contra-relojes para el final (aunque ya tenía algunos completados, e incluso alguno que otro con oro brillante), este juego me ha fascinado igual o más de lo que ya hizo en su momento; A medida que se va progresando por cada fase, uno se da cuenta de cómo cada elemento interactúa con nuestras acciones, del modo en el que estos mismos elementos están posicionados de una forma que encaja a la perfección en todo el conjunto, de cómo cada recurso visual tiene un porqué de estar ahí más allá de hacer bonito, la forma dinámica en que se nos presentan las fases con cambios de profundidad y escenarios "vivos"... Todo ello forma un conjunto perfecto.

Antes que nada, me gustaría señalizar los únicos factores "negativos" en todo el juego: El primero es el hecho de que, sin llegar a ser malos, la mayoría de los jefes son demasiado simples y no resulta tan satisfactorio enfrentarte a ellos (salvo excepciones), cosa que contrasta con el método empleado para crear cada una de las fases. Tal vez podríamos añadir que en ocasiones el juego abusa demasiado de arranges de temas conocidos en la saga, pero la calidad de estos y una cantidad aceptable de nuevos (y buenos) temas hacen que esto no resulte como algo negativo, al fin y al cabo Kenji Yamamoto es quien está detrás. El último es el uso del "shake" para utilizar las volteretas, y es que mientras que para el hecho de aporrear la superficie si que veo apropiado el uso de esta función, la sustitución de un botón por esto resulta un tanto incomprensible ya que es una acción bastante importante, sobretodo a la hora de recorrer los escenarios a una velocidad endiablada y para conseguir ciertos objetos. No voy a decir que es bueno, porque resulta un tanto incomprensible esta sustitución, pero tampoco es una escopeta de feria que algunos pretenden dar a entender.

Una vez señalado esto, lo único que nos queda por decir sobre el resto del juego es, simplemente, perfección.



No solo las fases son un prodigio en diseño y en lo técnico, su distribución en cada mundo también está bien medida para concatenar fases más extensas con otras mas cortas o directas y evitar la posible saturación del usuario.

Un factor muy destacable es que todas las fases, al igual que los elementos que hay en ellas, tienen un porqué de ser, un "motivo" materializado en conceptos o mecánicas que van a desarrollarse completamente, tal vez junto a otros ya vistos pero enfocados de forma distinta. Todas ellas giran entorno a ese "algo", y eso al fin y al cabo es uno de los tantos motivos por las que todas ellas acaban siendo únicas. En cierto sentido, esto me recuerda a Yoshi's Island, en el que pasaba algo parecido con cada fase... Pero DKCR va mas allá, y es que si tiene que introducir un elemento totalmente nuevo solo para esa fase, lo hace, todo bajo un punto de vista increíblemente creativo y loable. Aparte de las fases normales, también tenemos algunas especiales como son las de vagonetas y cohetes (estas pueden ser de avance horizontal o vertical). Estos tipos de fases se suelen basar más en los reflejos del jugador, siendo muchas veces un frenesí de obstáculos y situaciones inesperadas en la que aún así se nos indica en todo momento qué hacer, ya sea por puro instinto o mediante pistas visuales, como suele ser la colocación de bananas de forma estratégica para que sigamos cierta ruta o saltemos a por ellas en el momento justo. En vez de ser todas iguales, cada una de estas fases tienen de nuevo una peculiaridad propia, lo cual les otorga mas personalidad propia aún. También hay casos especiales en los que incluso debemos encontrar ciertas salas ocultas en diversas fases para poder progresar en el mapa del mundo, elevando más aún la interacción ya no dentro de la fase, si no en el propio mundo.

Sobre un tema de discusión recurrente: Hay gente que se queja de la supuesta dificultad exagerada, de que el juego completo requiere memorización para poder superarlo... A esas personas solo puedo decirles que aprendan a jugar mejor y que adquieran una mayor coordinación en cuanto a reflejos. DKCR es difícil cuando TIENE que serlo, pero en lineas generales tiene una dificultad completamente ajustada. Todas esas quejas me hacen pensar en el hecho de que durante los úlitmos años, muchos han sido los juegos que han mal-acostumbrado al jugador a que todo pueda ser completado sin demasiada dificultad, sin suponer un reto; Con esto ya no me refiero a si los juegos son fáciles o difíciles, de si todo debería ser mas difícil y si lo difícil siempre es mejor (que esto no es así), simplemente se trata de proponer un componente de reto que los videojuegos siempre han tenido presentes, de que el jugador vea sus habilidades puestas en duda y deba exprimirlas si es que quiere conseguir plenamente su objetivo.

Sobre este DKCR, opino que cualquiera puede "pasarse" el juego (sin incluir la presencia de la super guía, la cual está destinada a mancos o gente completamente inexperta), pero completarlo plenamente es otra historia, lo cual me parece muy acertado.



Hablando ya de otro tema, este juego es increíblemente extenso: Por cada fase tenemos cuatro letras que conforman la palabra KONG y que abren una fase extra en cada mundo, también tenemos un numero de piezas de puzle variable, algunas bien escondidas en plena fase y otras que se nos dan como recompensa en las salas de bonus, las cuales están ocultas con recelo, el modo contra-reloj, el cual nos otorga medallas de bronce, plata, oro y oro brillante en función de lo que tardemos en superar la fase, y por ultimo un modo extra... Secreto: (Pincha para leerlo)

Encontrar todos estos elementos coleccionables lleva mucho tiempo y paciencia, pero conseguir el mejor tiempo en todas las fases es una auténtica locura reservada solo a los verdaderos Reyes del Country . Lo mejor de este modo es que el diseño de cada fase se aprecia aún mejor: el posicionamiento de todos y cada uno de los enemigos y elementos que nos encontramos tiene, como ya se ha dicho ante en esta entrada, una justificación, además de que el oro nos exigirá descubrir atajos con los que nos sorprenderemos al ver lo milimetricamente calculado que está todo.

La verdad, ya no se que más decir sobre el juego que no se haya dicho ya en este homenaje a un homenaje (valga la redundancia): Estamos ante una experiencia completamente renovada pese a su condición de "retorno", que apuesta por un diseño dinámico medido con regla, en una consistencia visual (su apartado artístico es increíble) y musical solidas, contenido a raudales de todo tipo y para todo el mundo... Es que no se puede pedir más, estamos ante uno de esos juegos que ocurren cada mucho tiempo, y de nuevo ha sido Retro Studios la encargada de hacer posible algo así. Muy grande Retro, muy grande DK Country Returns.