Ya toca volver a hablar de compositores, y nadie mejor que el de hoy para que la sección remonte un poco el vuelo. Conocido por ser uno de los músicos estrella de Namco-Bandai, nuestro protagonista ha estado metido en algunas de las franquicias más importantes de la compañía, hasta el punto de convertirse en nombre clave de una de ellas. Hoy en Game Music: Keiki Kobayashi.

Nacido el 26 de junio de 1974. Cuando era niño, le impactó mucho la banda sonora del anime Space Battleship Yamato, una experiencia que le marcó y le hizo interesarse mucho por la música. Pronto consiguió un teclado para ir aprendiendo y poco a poco fue manejándose cada vez mejor con el instrumento. Sin embargo, llegado al instituto, tuvo un accidente de moto del que salió bastante malherido. Por suerte no sufrió daños graves en las manos y pudo seguir tocando, un hecho que, confiesa, le hizo sentirse muy aliviado en aquel momento. Es más, el accidente le hizo darse cuenta de cuánto le gustaba la música y lo mucho que la necesitaba, así que tomó la decisión de dedicarse profesionalmente a ello para poder disfrutar siempre de esa paz que le aportaba.

Pero al terminar sus estudios musicales, se dio de bruces contra la cruda realidad: sin experiencia previa ni ningún tipo de referencia, era complicado conseguir un buen empleo, más aún en alguna empresa privada. Kobayashi pasó una temporada bastante dura buscando trabajo, hasta que un día, un amigo le invitó a echar unas partidas con la consola. El juego que probaron le dejó una gran impresión. Se trataba de Ace Combat 2 y fue el juego que cambió su vida.

Cautivado por las enormes posibilidades que ofrecía este formato, mandó su currículum a Namco y le aceptaron en la empresa. Allí pasó un breve tiempo como técnico de sonido hasta pasar por fin a ser compositor en plantilla. Su primer proyecto, cómo no, fue Ace Combat 04: Trueno de acero, la entrada en la serie que tanto le dio y en la que tanto iba a participar. Tras este primer escarceo con la franquicia, sus siguientes trabajos fueron algunas piezas para la banda sonora de Tekken 4 al año siguiente y también para el juego de rol táctico Venus & Braves: Majo to Megami to Horobi no Yogen en 2003.

Tras una curiosa intervención como parte de los coros en Katamary Damacy, lo próximo que le esperaba era una nueva entrega de la popular serie de aviones: Ace Combat 5: Líder de escuadrón, posiblemente el juego con el que más se le asocia debido al tema principal del título, The Unsung War, y por la fantástica interpretación de la banda sonora en general a cargo de la Orquesta Filarmónica de Varsovia. En los siguientes años intervendría en nuevos episodios de la franquicia, así como en nuevas series de la compañía tan famosas como Ridge Racer o Soul Calibur. Entre los últimos títulos en los que ha participado, destacan la banda sonora de Soul Calibur IV y la de la recreativa Pac'n Party, parte de la serie Shooting Medal de Namco-Bandai.

Discografía: VGMDB.net

Secreto: (Pincha para leerlo)

Principal artista 2D de Namco, este artista se ha convertido en poco tiempo en el jefe de diseño de una franquicia tan importante como es Soul Calibur. A él le debemos el actual estilo de sus personajes, y si bien es reconocido por ello, también ha participado en otros títulos igual de importantes. Hoy en Game Art: Takuji Kawano.

Por desgracia, parece que la información que se puede encontrar sobre este artista es muy escasa o directamente nula, así que no tengo constancia de dónde ni cuándo nació, ni tampoco de su carrera antes de entrar en Namco. Así pues, sólo podemos remontarnos a 1997, momento en que ingresa en la compañía de Pac-man. Su primera incursión fue con Tekken 3, trabajando como artista de apoyo en la creación del juego: una oportunidad que le permitió seguir sumergido en ésta y otras de las franquicias más importantes de lucha que maneja la empresa. Como alguno diría, fue llegar y besar el santo. La llegada de PlayStation 2 trajo consigo un nuevo título, Tekken TAG Tournament, que le ayudó a afianzarse en su nuevo puesto como diseñador. Kawano cobró un mayor protagonismo dentro del equipo artístico a partir de Tekken 4, aunque fue con Soul Calibur II cuando empezaron a contar con él para cargos de más responsabilidad. El artista tuvo un pequeño cambio de aires con la asignación de proyectos como Ace Combat 5 o Urban Reign, pero no tardó en volver a sus series fetiche y esta vez como director artístico, nada menos. Tekken 5 y Soul Calibur III cubrieron su agenda en 2005, si bien el título más destacable de este año fue Namco x Capcom, para el que realizó los rediseños de todos los personajes. Sus últimos trabajos han sido el violento Splatterhouse y el resto de la franquicia Soul Calibur, compartiendo diseños con la ilustradora Mari Shimazaki en su última entrega.

La principal cualidad de Kawano es su excelente sentido de la proporción y esa capacidad que tiene para hacer posar a sus personajes, que no sólo mantienen una posición muy natural sino que están increíblemente detallados. En este aspecto, cabe destacar las ropas que llevan, con un sombreado perfecto que las dota de volumen y relieve, y que ayudan a transmitir el dinamismo del cuerpo que visten. Los colores que emplea son un poco apagados, pero la figura en conjunto muestra bastante luminosidad, lo que crea un contraste muy curioso que ayuda a identificar las ilustraciones de este artista.

Secreto: (Pincha para leerlo)

Sin ser uno de los miembros más destacados en su campo, el compositor de hoy llegó a ofrecer algunas de las bandas sonoras más míticas de PlayStation, e incluso ahora sorprende de vez en cuando con algún que otro tema de gran calidad. Hoy en Game Music: Takayuki Aihara.



Nacido en septiembre de 1968, Takayuki Aihara disfrutó de un gran rango de estilos musicales en su infancia, una experiencia que le animó a tocar diversos instrumentos y a componer sus propias melodías. Con apenas 19 años y gran amante del anime como era, tuvo la grandísima suerte de entrar en Studio Pierrot, donde trabajó como aprendiz de guionista. El artista compaginó esta labor con su banda de música, recibiendo así influencias de varios aspectos audiovisuales. Mientras cultivaba sus habilidades como músico, Aihara quedó finalista en una audición de Sony en 1991, un pequeño logró que le dio un empujón para entrar en el equipo de sonido de Namco ese mismo año.

Una vez dentro de la compañía de videojuegos, empezó a recibir encargos de todo tipo que resultaron tan satisfactorios como desafiantes. El primero de ellos fue Tank Force, un juego de arcade en el que exprimió al máximo las capacidades del chip de sonido de la máquina. Tras este gran debut, le siguieron juegos como Galaxian 3, F/A o el juego de lucha Knuckle Heads, cuya banda sonora se considera muy avanzada tecnológicamente para las posibilidades de la época. A través de sus proyectos en Namco, Aihara se hizo muy amigo de otro colega muy famoso, el compositor Shinji Hosoe, y juntos fundaron el sello independiente Troubadour Records. Así sirvió como director de varios discos, todos ellos interpretados por otros profesionales de la industria, y siguió colaborando con la compañía de juegos realizando arreglos para títulos como Words Worth y Dragon Knight IV.

En realidad, los siguientes años en Namco los pasó realizando varios papeles secundarios en la composición musical de sus juegos. Por ejemplo, creó un tema para Ridge Racer 2, proporcionó unos pocos arreglos para Tekken y Tekken 2, y colaboró en la producción del recopilatorio Namco Classic Collection Vol. 1. El músico no volvió a tener un papel principal hasta 1994, cuando realizó la banda sonora para el shooter clásico Point Blank. Pero sin duda, el mayor proyecto en el que tuvo el honor de participar fue Soul Blade, mítico juego de lucha en 3D para PlayStation que es recordado (entre otras cosas) por los suculentos temas musicales que ofrece y que sin duda se convirtieron en la banda sonora del año.

Después de mucho pensarlo, Aihara dejó Namco para trabajar de forma independiente y esto le llevó a trabajar en otra serie de lucha que siempre le había gustado. Bajo la tutela del director Akira Nishitani, el compositor se encargo de las melodías de la serie Street Fighter EX, donde demostró todo su talento musical. Otros encargos que llegaron por la época incluyen Bushido Blade, L no Kisetsu o Fighting Layer. A principios de los 2000, abandonó Trobadour Records para fundar su propio sello, con el nombre de Studio Carnaval, en el que ha realizado numerosas bandas sonoras para videojuegos basados en anime: Hajime no Ippo: Victorious Boxers, Super Dragon Ball Z, Zatch Bell: Mamodo Battles…

En los últimos años, además de participar en homenajes musicales de diversa índole, el compositor ha vuelto a los grandes títulos y ha demostrado una vez más su experiencia a la hora de ofrecer buena música. En 2003 cubrió la mitad de los temas de Drakengard, mientras que en 2006 realizó una inesperada colaboración con Kenji Ito y Masaharu Iwata para trabajar en Children of Mana, ambos de Square-Enix. Actualmente se encuentra más centrado en el lado de la producción musical y ya no compone con la misma asiduidad que antes, pero continúa ofreciendo arreglos para discos de todo tipo, dejando patente su gran versatilidad en cuanto a estilos y su gran experiencia como profesional de la música para videojuegos.

Web oficial: Studio Carnaval
Discografía: VGMDB.net



Secreto: (Pincha para leerlo)

Después de tantos años componiendo y de fundar su propia empresa, nadie duda de que este artista es uno de los consagrados en el campo de la música "videojueguil", así que se merece un hueco en la sección que le vamos a dar ipso-facto. Hoy en Game Music: Shinji Hosoe.



El compositor Shinji Hosoe, actual presidente de la compañía SuperSweep, es un famoso compositor de música electrónica para videojuegos. Nació en Gero en febrero de 1967 y desde pequeño le fascinaban tanto la música como la tecnología. En el insituto desarrolló cierto interés por la música electrónica y empezó a tocar el sintetizador, para poco después formar una banda con sus amigos. A pesar de esto, el artista nunca pensó en dedicarse a la música de forma profesional, así que terminó estudiando diseño informático en la universidad. Después de graduarse empezó a trabajar en Namco como tester de juegos, allá por 1985. No pasó mucho hasta que pudo mostrar su habilidad en diseño, pero su tremenda afición por la música le hizo plantearse qué trabajo era mejor para él, así que pasó las pruebas pertinentes y entró en el equipo de sonido de la empresa.

Su primera banda sonora, para el shooter Dragon Spirit, causó un gran impacto y está considerada un clásico del género. Su éxito radicaba en que Hosoe era muy consciente de las limitaciones técnicas de la época, pero aun así supo explotar las capacidades de los chips de sonido con una composición eficiente y una meticulosa programación. Así pues, pasó los siguientes años creando melodías para nuevos videojuegos que aparecieron en la recta final de los ochenta: Final Lap, Quester, Assault, Metal Hawk… pero fue en los noventa donde su leyenda cobraría sentido. Sus primeros títulos de relevancia fueron Galaxian 3: Project Dragoon y el espectacular StarBlade, dos juegos espaciales que tuvieron una gran fama, en parte por la pegadiza música de Hosoe.

Llegó 1993, y con él uno de los proyectos más importantes a los que se había enfrentado. Ridge Racer, primera entrega de la clásica serie de carreras, iba a contar con su música. Su gran éxito le llevó a repetir al año siguiente en Ridge Racer 2. Pero su racha no terminaba aquí, en 1995 tuvo que vérselas con varios remixes para el juego de lucha definitivo de Namco, Tekken, que no tardaría en convertirse en una de las franquicias estrella de la compañía. Después de participar en el título Xevious 3D/G, el artista decidió abandonar la empresa y apoyarse en el estudio Trobadour Records que había creado junto al compositor Takayuki Aihara. Esto le llevó a colaborar en una serie de videojuegos para otras desarrolladoras en los que pudo demostrar todo lo que había aprendido con sus años en Namco: Street Fighter EX, Custom Robo, Tetris: The Grand Master, Naruto: Clash of the Ninja…



No sólo eso, sino que también empezó sus primeros pinitos con la música para anime e incluso se atrevió a organizar su propia banda, los Oriental Magic Yellow, una parodia de los Yellow Magic Orchestra que supuso todo un reto, pero con la que consiguió lanzar varios discos electrónicos con algunas de sus mejores melodías. Más tarde, Hosoe dedició fundar su propia empresa, SuperSweep, que actuaría en dos líneas distintas: como discográfica sucedería a Trobadour Records y se dedicaría a publicar una miscelánea de discos; y como productora musical, se encargaría de aceptar los encargos de composición para varios videojuegos. Sin duda, una época atareada para este artista convertido en empresario.

Sin embargo, esto no quiere decir en absoluto que haya aparcado su faceta creativa. En los últimos años ha participado en varios juegos interesantes, como Folklore o Tekken 6. Destacan especialmente las composiciones para Fate/Extra, basado en la popular franquicia de Type-Moon, y 999: 9 Hours, 9 Persons, 9 Doors, espectacular novela visual de Chunsoft para Nintendo DS. Además, en calidad de artista independiente, sigue activo contribuyendo a nuevos proyectos de música electrónica que lanza a través del sello de su discográfica. Queda claro, pues, que Hosoe es uno de los músicos más prolíficos y talentosos que la industria del videojuego ha tenido la suerte de ver.

Web oficial: Official English Website
Discografía: VGMDB.net



Secreto: (Pincha para leerlo)