Hoy visita esta sección un hombre que no necesita presentación ninguna. Tras años diseñando personajes para series como Gatchaman o Casshern, y también novelas como Vampire Hunter D o Guin Saga, dio el salto al mundo de los videojuegos y dio vida a la serie de RPGs más conocida del planeta. Hoy en Game Art: Yoshitaka Amano.

Amano nació en Shizuoka en 1952. Ya de niño le fascinaba dibujar, así que siguió practicando hasta que en 1967, con apenas 15 años, empezó a trabajar en el departamento de animación del famoso estudio Tatsunoko Productions. Su primer trabajo de verdad fue en la serie Speed Racer, más conocida en España como Meteoro, pero con el tiempo fue proporcionando los diseños de otras series como Time Bokan, Gatchaman (Comando G) o Tekkaman. Durante los sesenta y los setenta fue curioseando nuevos estilos artísticos, como el cómic americano, el Art Nouveau o el antiguo arte japonés del ukiyo-e, unos estilos que influirían mucho en el suyo propio y de los que tomaría muchos elementos en el futuro.

A principios de los ochenta, coincidiendo con el boom de la época, el artista centró su trabajo en imágenes de fantasía ya ciencia-ficción. Uno de sus trabajos más importantes fueron las ilustraciones de la novela Demon City Shinjuku de Hideyuki Kikuchi, un escritor con el que seguiría colaborando en adelante en numerosas obras, entre las que destaca la serie de libros Vampire Hunter D. En 1987, Amano se unió a Square para trabajar en uno de sus primeros juegos de rol, Final Fantasy, un título tan representativo como decisivo en su carrera, pues le comportaría la fama internacional de la que goza actualmente.

En aquel momento, trabajaba también para otra compañía de videojuegos, Kure Software Koubou, en la que ayudó con diseños para las cajas y algunos diseños de personajes. First Queen y Kawanakajima Ibunroku se encuentran entre algunos de estos títulos. Más tarde, en 1994, con la llegada de Final Fantasy VI, Amano abandonó su puesto como artista principal de la serie, aunque ha seguido proporcionando ilustraciones promocionalies y logos para todos los juegos de la franquicia. Desde entonces su ido diversificando su trabajo en varios campos, desde libros de ilustraciones a cómics americanos e incluso alguna que otra galería de arte.

Cabe mencionar también su aportación al mundo de la animación. Después de abandonar Tatsunoko Productions, el artista ha seguido en contacto con este medio y ha participado en varias producciones de notable repercusión. Algunos ejemplos son las películas El huevo del ángel, Vampire Hunter D o Amon Saga, entre otras, aunque no hay que olvidar proyetos más experimentales como 1001 Nights, Fantascope ~Tylostoma~ o Tori no Uta. Recientemente, Amano ha creado su propia compañía de animación, Studio Devaloka, con la que está realizando su primera película: Deva Zan. De momento, se desconoce su fecha de estreno, pero se lanzará una novelización con varias ilustraciones originales en apenas unos días.

Web oficial: Amano Yoshitaka - Official Blog

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Otro vídeo más del proyecto basado en Majora's Mask, esta vez sobre la escena en que Anju recibe la carta de Kafei:

Sin ser uno de los miembros más destacados en su campo, el compositor de hoy llegó a ofrecer algunas de las bandas sonoras más míticas de PlayStation, e incluso ahora sorprende de vez en cuando con algún que otro tema de gran calidad. Hoy en Game Music: Takayuki Aihara.



Nacido en septiembre de 1968, Takayuki Aihara disfrutó de un gran rango de estilos musicales en su infancia, una experiencia que le animó a tocar diversos instrumentos y a componer sus propias melodías. Con apenas 19 años y gran amante del anime como era, tuvo la grandísima suerte de entrar en Studio Pierrot, donde trabajó como aprendiz de guionista. El artista compaginó esta labor con su banda de música, recibiendo así influencias de varios aspectos audiovisuales. Mientras cultivaba sus habilidades como músico, Aihara quedó finalista en una audición de Sony en 1991, un pequeño logró que le dio un empujón para entrar en el equipo de sonido de Namco ese mismo año.

Una vez dentro de la compañía de videojuegos, empezó a recibir encargos de todo tipo que resultaron tan satisfactorios como desafiantes. El primero de ellos fue Tank Force, un juego de arcade en el que exprimió al máximo las capacidades del chip de sonido de la máquina. Tras este gran debut, le siguieron juegos como Galaxian 3, F/A o el juego de lucha Knuckle Heads, cuya banda sonora se considera muy avanzada tecnológicamente para las posibilidades de la época. A través de sus proyectos en Namco, Aihara se hizo muy amigo de otro colega muy famoso, el compositor Shinji Hosoe, y juntos fundaron el sello independiente Troubadour Records. Así sirvió como director de varios discos, todos ellos interpretados por otros profesionales de la industria, y siguió colaborando con la compañía de juegos realizando arreglos para títulos como Words Worth y Dragon Knight IV.

En realidad, los siguientes años en Namco los pasó realizando varios papeles secundarios en la composición musical de sus juegos. Por ejemplo, creó un tema para Ridge Racer 2, proporcionó unos pocos arreglos para Tekken y Tekken 2, y colaboró en la producción del recopilatorio Namco Classic Collection Vol. 1. El músico no volvió a tener un papel principal hasta 1994, cuando realizó la banda sonora para el shooter clásico Point Blank. Pero sin duda, el mayor proyecto en el que tuvo el honor de participar fue Soul Blade, mítico juego de lucha en 3D para PlayStation que es recordado (entre otras cosas) por los suculentos temas musicales que ofrece y que sin duda se convirtieron en la banda sonora del año.

Después de mucho pensarlo, Aihara dejó Namco para trabajar de forma independiente y esto le llevó a trabajar en otra serie de lucha que siempre le había gustado. Bajo la tutela del director Akira Nishitani, el compositor se encargo de las melodías de la serie Street Fighter EX, donde demostró todo su talento musical. Otros encargos que llegaron por la época incluyen Bushido Blade, L no Kisetsu o Fighting Layer. A principios de los 2000, abandonó Trobadour Records para fundar su propio sello, con el nombre de Studio Carnaval, en el que ha realizado numerosas bandas sonoras para videojuegos basados en anime: Hajime no Ippo: Victorious Boxers, Super Dragon Ball Z, Zatch Bell: Mamodo Battles…

En los últimos años, además de participar en homenajes musicales de diversa índole, el compositor ha vuelto a los grandes títulos y ha demostrado una vez más su experiencia a la hora de ofrecer buena música. En 2003 cubrió la mitad de los temas de Drakengard, mientras que en 2006 realizó una inesperada colaboración con Kenji Ito y Masaharu Iwata para trabajar en Children of Mana, ambos de Square-Enix. Actualmente se encuentra más centrado en el lado de la producción musical y ya no compone con la misma asiduidad que antes, pero continúa ofreciendo arreglos para discos de todo tipo, dejando patente su gran versatilidad en cuanto a estilos y su gran experiencia como profesional de la música para videojuegos.

Web oficial: Studio Carnaval
Discografía: VGMDB.net



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De pronto me entran ganas de jugar...