Hace unos días me hice con las 120 estrellas en Super Mario Galaxy, pero mi opinión acerca del título no varió ni un ápice desde el primer minuto de juego.



Tras disfrutar de la espectacular secuencia introductoria, y quedarme con la boca abierta al ver la primera de las misiones del juego, no he dejado de flipar con el fantástico diseño de todos y cada uno de los escenarios del juego. Es que resulta sorprendente ver los mismos mundos de siempre tan cambiados sin perder en ningún momento su espíritu.

A nivel jugable también me ha sorprendido porque el diseño de los niveles favorece el que podamos disfrutar de una gran variedad de obstáculos que con gusto superaremos. También se nota que tomaron nota de Sunshine a la hora de subirle la dificultad al juego ya que, aunque no es difícil completar la historia, sí nos costará algo más conseguir las 12 estrellas.



En cuanto a los gráficos, poco puedo decir. Es una absoluta maravilla, no porque tenga muchos polígonos o porque haya texturas increíbles, sino porque todo tiene un diseño y un acabado tal que aunque pongamos al lado un juego como Gears of War, seguiremos quedando impresionados con algunos de los entornos de Super Mario. Y lo más importante, al menos para mí, la música vuelve a ser soberbia.

Uno de los aspectos que más me decepcionaron de Mario Sunshine fue su apartado sonoro, que no presentaba unas melodías tan memorables como las de antaño. Sin embargo, con Super Mario Galaxy se ha recuperado el magnífico nivel de los anteriores títulos de la saga, deleitándonos con un acompañamiento musical impresionante.



Podría quejarme de la cámara en algunos momentos, que dificulta la resolución de determinadas plataformas, o que hay misiones algo aburridas y tediosas, pero es que el juego es tan bueno que todo esto se olvida.