Que Lair ha sido considerado por muchos medios como un título mediocre es una realidad. Ahora, tras pasarme el juego, me pregunto en qué pensaban a la hora de valorar así este gran título de Factor 5.

Huelga destacar que yo lo he disfrutado con el parche que modificaba el sistema de control, y que aunque me he pasado medio juego con el sensor de movimiento -me parece bien implementado, aunque prefiero mil veces los stick-, no he podido comprobar cómo se manejaba en el momento de su publicación. Sin embargo, el desarrollo de la acción, las misiones, la intensidad de algunas batallas... son aspectos que siempre han estado ahí, y que creo muchos medios y usuarios han obviado por completo.

Cualquiera que disfrutara con la serie Rogue Squadron encontrará en Lair un título muy similar en cuanto a mecánica de juego, aunque para mi gusto, más épico y grande por las batallas multitudinarias en las que nos veremos envueltos. Eso sí, tal vez echo de menos mayor profundidad en los combates aéreos (los veo demasiado simples), si bien es cierto esto se compensa con una mejor interacción con los elementos terrestres (el bajar a tierra y comenzar a arrasar a los enemigos es absolutamente espectacular).



A nivel técnico, el juego me parece también de gran nivel. La inmensidad de los entornos, como el detalle de los dragones, y la gran cantidad de tropas con las que nos encontramos resultan aspectos dignos de mención. Sin embargo, se nota que Factor 5 ha intentando abarcar demasiado, y hay algunos aspectos (texturas del terreno, algunas criaturas, ralentizaciones...) que no están tan pulidos. A nivel sonoro, como ya dije en verano del año pasado, el juego es fantástico, con unas melodías muy épicas que acompañarán a la perfección a la acción.

Entiendo que a no todo el mundo le gusta Lair, como ocurrió con Rogue Squadron. Sin embargo, me parece que la gente se ha cebado en exceso con el juego, que algunos esperaban una cosa que luego no fue, o por eso decidieron cargar toda su ira contra Lair. Si no es así, no entiendo por qué se ha llevado puntuaciones tan bajas.



Así que desde aquí solo puedo recomendar Lair. No es un juego perfecto, algunas misiones ya resultan cansinas -porque son iguales a las vistas en Rogue Squadron-, y a veces resulta muy difícil saber qué leches tienes que hacer para superar una misión -la penúltima pantalla para mí es un claro ejemplo, con esas rocas tan difíciles de ver-. Pero con todo esto, Lair es un gran juego que merece al menos un alquiler.

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Mañana pondré un análisis personal (no un artículo mío publicado en la revista) sobre Lair.

Han sido casi 20 años de espera, de ruegos por recibir nuevas entregas de la saga Indiana Jones. Ahora, con El Reino de la Calavera de Cristal en la gran pantalla, ha llegado la hora de las valoraciones y, para nuestra desgracia, no son tan positivas como esperábamos.

Sin duda, “decepción” se ha convertido en la palabra más usada por los miles de seguidores de este carismático aventurero creado por George Lucas y Philip Kaufman, que de forma magistral plasmó en la gran pantalla Steven Spielberg. No en vano, por desgracia, gran parte de los elementos que hicieron destacar a la primera y tercera entrega de la saga, como son la investigación de un misterio con el aderezo de espectaculares secuencias de acción, se han visto relegados a un segundo plano, presentando al espectador un guión con alguna que otra gran idea, pero sin el gancho de En Busca del Arca Perdida o La Última Cruzada.



Un argumento interesante mal llevado a la gran pantalla

La idea inicial sobre la que gira Indiana Jones IV resulta de lo más interesante: un grupo de soldados soviéticos liderados por la malvada Irina Spalko (Cate Blanchett) andan tras un misterioso artefacto que les otorgará el poder necesario como para gobernar a todo el planeta. A partir de aquí, se combinarán diferentes elementos de la ciencia ficción con las culturas precolombinas, algo que no agradará a todos los espectadores. En primer lugar, por perder ese toque místico/religioso que ha aparecido, en mayor o menor medida, en el resto de entregas de la serie, pero también, como ya ocurriera con El Templo Maldito, por sumergir al espectador en una cultura desconocida -más o menos la mayoría conocemos aspectos relacionados con el cristianismo y el judaísmo, pero no a Shiva o la mitología de los aztecas, mayas, etc.-, lo que puede hacer que la historia no se siga con tanto interés, o que se pierdan.

Aún así, el principal fallo de la película no es que trate una cultura poco conocida por el gran público, o que el misterio a resolver tenga tintes de ciencia ficción. El film peca de ser muy irregular en su ritmo narrativo. Prácticamente tampoco existe la investigación, algo que habría logrado que el espectador se implicara más en el misterio. En el Reino de la Calavera de Cristal, son los secundarios los que, en muchos casos de forma absurda, guían a Indiana Jones para que éste viaje de un lado a otro luchando sin descanso contra los soviéticos.

Esto sin hablar de la falta de presencia de los enemigos en comparación con los nazis, que sí daban miedo, o algunos de los citados secundarios, que más que contribuir a hacer progresar la historia la lastran de una forma considerable. Eso sí, en este punto hay que destacar la presencia de Shia LaBeouf, que realiza un buen papel coprotagonizando la cinta con un fantástico Harrison Ford, y por supuesto a Karen Allen, que vivirá con Indy situaciones calcadas a las vistas en la primera entrega de la saga.

Con todo esto, la película resulta muy divertida y espectacular en determinadas secuencias como la persecución en la selva. También posee alguna que otra dosis de intriga y suspense en lo referente a la historia que se nos plantea, si bien es cierto el final resulta a todas luces fuera de lugar, no por el tema central del argumento, que como decíamos está basado en la ciencia ficción, sino por lo innecesario que resulta el mostrar tantos detalles sobre un tema que se intuía desde el principio. Para que os hagáis una idea, sería como mostrar a Dios y cómo actúa en el final de El Arca Perdida.

Por todo esto, Indiana Jones IV se trata de una buena película de aventuras, con mucha acción -aunque las situaciones inverosímiles son demasiado abundantes- y humor, pero sin el encanto de la primera y tercera entrega de la serie. Lógicamente aquí juega en nuestra contra el recuerdo de la trilogía original, por lo que es una película que aunque gustará a prácticamente todos los públicos -las más de dos horas de metraje se pasan volando-, dejará con una herida en el corazón a los seguidores de la franquicia al no haber recibido más aventuras de Indy como las de antaño -incluso la banda sonora no está a la altura de los anteriores films-.

¿Ha merecido la pena la espera? Obviamente no, porque esta nueva historia de Indiana Jones decepciona. Sin embargo, Spielberg demuestra una vez más que se trata de un director brillante, y por ello nos plantea una gran película de aventuras superior a los últimos films de este estilo, que de nuevo tienen a un potente rival que batir.