Recién vista esta película no puedo evitar dejar constancia de la alegría y el optimismo que me ha transmitido, y de lo contento que estoy respecto a la animación japonesa en general, y sobretodo a la originaria del Studio Ghibli que posee una cantidad inconmensurable de películas con un diseño, una dirección y unos guiones sublimes.
No quiero extenderme, por no hablar de más ; esta película trata sobre dos jóvenes talentos, que ven la vida de una forma similar, que buscan definir sus aspiraciones mientras aprenden del día a día y de las personas que les rodean.
No puedo dejar de regodearme en dos cosas; una es en los detalles constantes de la película, un perro ladrando detrás de una verja, los paisajes, las familias de los protagonistas, todo son detalles tan naturales pero tan bien representados que hacen de la película un metraje más real si cabe que si fuese una película con personas de carne y hueso. Otra son los pequeños sucesos que hilvanan la vida de los dos protagonistas; que gracias al empeño que ambos ponen por observar y aprender de todo lo que les rodea, acaban conociéndose.