Soledad en el páramo

Hace apenas unos días que tengo en mis manos la última obra de Bethesda (¿se escribe así?). Me refiero a Fallout 3. En un principio pensé que era un calco absoluto de Oblivion, y en verdad que se parece muchísimo a este, tanto en el sistema de juego, como en gráficos (aunque Fallout 3 los tiene más refinados y los personajes no son tan feos, por lo menos a mi gusto). Pero Fallout 3 desprende una absoluta sensacion de desamparo y soledad. En Fallout 3 no hay preparacion posible. Cualquier esquina puede suponer tu muerte, una emboscada de varios rastreadores sanguinarios dispuesto a dejarte seco a la primera de cambio, o un grupo de supermutantes, o quizás bestias ansiosas de sangre. No hay pocion valida, solo una serie de drogas que por su abuso causan adicción, comida en mal estado y radiactiva que tan solo te cura algunos pv. Cualquier cosa en Fallout 3 es nociva para uno. Hay que sobrevivir y para lograrlo debes de realizar en ocasiones actos deleznables (sabes que lo son, pero aun así gusta hacerlos), como liquidar a cualquier desgraciado que pueda suponer una fuente importante de munición, alimentos o chapas. Y el juego no te penaliza por hacerlo, es un camino más, a veces completamente necesario. El Karma que ganas o pierdes solo sirve para poder tener mayor afinidad con unos o con otros. Nadie te castiga por ello. Andar por esos paramos inmensos o esa capital destrozada forman parte de una ambientación de lujo, post-apocaliptica y alejada de arquetipicos argumentos caballerescos. Tu no eres mejor ni peor que nadie, eres un hijo del Yermo.